martes, 17 de marzo de 2009

La Espera

Inmerso en la espera alcancé a sentirme y a jugar con las emociones, utilizándolas para dar energía a la creación de aquello que en la espera y sin saberlo apareció para exhibirse ante mí como la prueba viva de que la Magia existe. Muchos hablan de ella como una simple fantasía escondida entre los tumultos de una infancia que muchos más de ellos, inmersos en la espera, solo recuerdan las diapositivas, las fotografías; observando en la inmensidad de la conciencia. Vivencias que no alcanzan a cristalizar, muchas veces baches, inmersos en la espera, la energía de la creación me muestra la viva esencia de la Magia y el aguardar no hace más que utilizarme como aprendiz en medio de la lucha; mirada contra mirada, el oxígeno se convierte en la manera de percibir su mundo, es lo que nos une en medio de la inmensidad de nuestra realidad, inmersos en la espera alcanzando lo que muchos, ellos, creen enterrado bajo las creencias ordinarias, sin cuestionamientos.

De un momento a otro todo parece cambiar, el estado de transformación vuelve a palpitar entre nosotros y los demás, ya no hay mucho que se pueda esperar, solo queda actuar y sentir, sentir y hablar, hablar y observar que los demás miran y alcanzan a sentir, inmersos en la espera, lo que tú y mi pecho demuestran al exterior. Sus vientres hablan por nuestras aventuras, por nuestros desafíos; prófugos seres en medio de esta danza de miradas y suspiros, un paisaje oscuro y arremolinado entre palabras y manos que se esfuerzan por querer asir más de lo que alguna vez han podido. Es el riesgo de vivir inmerso en la noche, plagado de fantasías infantiles que cobran fuerza y se convierten en silencio y materia, imaginación e infinito reflejados en los ojos que delatan los míos. Es la Magia de la realidad, la que construimos con nuestros gestos e impulsos, las que me hacen sentir y jugar con la creatividad, la que me hace confiar en lo desconocido como la múltiple fuente de la alegría más profunda y el nerviosismo más aterrador. Es la Magia disfrazada de error en medio de lo que creímos aciertos a primera vista, y es nuestra desconfianza la que muchas veces nos hace ser ciegos ante lo evidente. Ella no cerró lo ojos, al contrario: abrió su corazón para que yo pudiera plantar, en medio de la espera, la semilla de la emoción y gracias a aquel espacio he encontrado lo que la creación había obviado: la Magia de sentir que sabes que es correcto siempre y cuando exista un camino de por medio.


Inmerso en el movimiento actué de acuerdo a lo que sentí, comencé a jugar con el revoltijo que mis miembros comunicaban. Comprobé que la Magia existe, observando sus ojos llenos de fulgor y sintiendo sus labios unirse con los míos en aquella canción que todos esos silencios han gritado. Nariz contra nariz, todo deja de existir, no hay más que mi piel contra la suya, no existe más que el deseo de querer sentir más para seguir sabiendo que nada ha sido en vano, y que el horizonte se sigue viendo lejos, como un final que aún no amenaza con aparecer.

1 comentario:

Francisca Paz dijo...

me encanta tu blog y como escribes, me gustaría que lo pudieces actulizar un poco más seguido, que estes bien y que hayas encontrado lo que te faltaba cerca de tu cada.

Fran.

pd: Estas en mi lista de blogs