martes, 17 de marzo de 2009

Lo que quieren que sepamos

Quieren que sepamos algo inevitable: las sombras no se mantienen por mucho al galope, se cansan e inservibles por el momento se deslizan a un rincón, evadiendo cualquier atisbo de atención que pudiésemos brindarles… La luz es tan intensa que es imposible dejar de seguirla, el deseo tan innegable, el miedo tan palpable... Porque es así: nos acostumbramos a eso, a que el regocijo entre la mierda maloliente de toda esa oscuridad que rodea nuestra conciencia es mejor, por lo menos en ese instante, y que la emoción del riesgo ante la ignorancia, el no saber si disfrutaremos del calor de la luz o nos quemaremos vivos ante ella, nos mantiene sufriendo por las vivencias que nunca quisimos y por los recuerdos que jamás esperamos guardar.


Es complicado, estamos creando nuestro ahora por lo que fuimos, lo que somos es lo que estamos siendo; aquellas sombras que no dejan ver con claridad todos esos colores que se arremolinan ante nuestros ojos los hacen parecer más esquivos que lo desconocido, mas temibles que el vacío entre tú anhelo de libertad y mis ganas de crecer... Pero déjame decirte algo, mujer. Déjame decirte algo que quieren que sepamos, porque las sombras descansan pero vuelven al ataque, muchas veces, muchas más, probándonos en cada instante para cerciorarnos de si las cosas están bien o no. Entre toda esa oscuridad existe esa chispa de luz que ilumina cada momento, él lo sabe muy bien, ellos dicen que todo esto es parte del juego, que el guión de la vida tiene partes muy sabrosas que es imposible dejar de disfrutar, por más oscuras y tristes que sean...


El hombre apaga el cigarrillo y sonríe tranquilamente, observando al público. El silencio parece abrazar a cada uno de los asistentes, haciéndolos sentir en casa, cómodamente acurrucados. Si alguna palabra imprecisa brotase del pecho de aquel hombre, el estruendo entre la gente no daría tregua a su corazón hirviendo en emoción.


-Yo estoy aquí, disponible para alterar todo lo que hayas vivido hasta el momento, al punto de remover cada pieza del engranaje y hacer que todo marche correctamente, como el cirujano de tus pesadillas, que con sus manos recrea esas sombras en colores centelleantes. Quiero escuchar tu respiración cantando con la mía una vez tras otra vez, llenando de vida cada rincón, haciendo de esa nuestra mejor canción. Lo de afuera no importa, es el reflejo de nuestro interior. Observa, no mires como solías, date cuenta de que todo está brillando, que ya todo se tiñe de magia e ilusión, que más allá de lo evidente hay una sonrisa que yace quieta esperando brotar, llena de vida y de intención, anhelando vivir, anhelando sentir, aguardando el momento sabiendo que nunca es tarde para volver a empezar...


Bueno, es verdad. Quieren que no tan solo sepamos que es inevitable, que las sombras se despiden de vez en cuando de nuestras vidas y por fin dan paso a la luz de nuestra presencia. Ellos quieren que seamos concientes de que es posible recrear el mejor de nuestros sueños, y disfrutarlo. Es lo más importante, lo más respetable. Las oportunidades vienen a nosotros como tienden a desaparecer. Hasta el momento ellos no hacen más que preguntarnos por qué nada permanece como era y nos esmeramos en mantenerlo tal cual. ¿Perderá su identidad? Ellos me dicen que es mejor confiar en descubrir algo nuevo, arriesgarnos y enfrentar lo desconocido dentro nuestro, que por mucho que no lo queramos es la Luz que existe en cada ser que existe, y que juntos podemos encontrar...


-Sonrisa, nada más gratificante que un ejemplo sobre lo que podemos llegar a experimentar en nuestro propio interior, ocupando de reflejo lo que tenemos en frente nuestro. Cada letra una energía borboteante que se mezcla para causar ahí dentro, donde muchos desconocemos e ignoramos lo que hay.

-¿Entonces volveremos a sonreír?

- Creo que ya lo estamos haciendo.

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